En el mundo del diseño gráfico existen diferentes términos que, a simple vista, parecen ser lo mismo, pero que encierran discrepancias fundamentales. Este es el caso de lo que comúnmente denominamos logo, un concepto que habitualmente se usa de forma equivocada. En este post, te contamos qué es un logotipo, isotipo, imagotipo e isologo y cuáles son sus diferencias.
Puede que, al pensar en la identidad visual de una empresa, utilices la palabra logotipo. Pero, en realidad, no lo es, simplemente se tiende a englobar muchos conceptos bajo este paraguas para facilitar la comprensión del público. Sin embargo, en marketing y publicidad, es necesario que conozcas todos y cada uno de estos términos.
Logotipo: el texto en esencia
El logotipo es la representación visual de un negocio que tan solo se compone de letras, sin imágenes de ningún tipo. Un ejemplo pueden ser Disney, Pull & Bear o Google.
Este elemento es algo parecido a la firma visual de tu empresa. La tipografía se convierte en la protagonista, trabajando en armonía con colores y estilos para generar una identidad única. En esencia, se encarga de que el nombre sea fácil de leer y que quede en el recuerdo, asociando una familia de letras con los productos, servicios o valores que representas.
Isotipo: simplicidad visual
El isotipo es la representación visible de una marca que se compone de un símbolo gráfico que no depende del texto. El icono es capaz de representarla por su mismo de forma satisfactoria, ya que puedes entenderlo sin necesidad de letras. Entre los ejemplos, están Apple, Twitter o Lacoste.
Busca simplicidad y atemporalidad y se convierte en un elemento que puede trascender barreras lingüísticas y culturales. Además, puede llegar a ser el resultado de la evolución de un negocio, como fue el caso de McDonald’s, que antes usaba el conjunto de su nombre con la M, hasta que abandonó el texto por completo.
Imagotipo: fusión de elementos
En el siguiente nivel de complejidad se sitúa el imagotipo, que fusiona texto e imagen. Es la representación visual de una marca que utiliza un elemento pictográfico y uno textual para crear una identidad más completa y distintiva.
El imagotipo es como una simbiosis de palabra e icono, se refuerzan mutuamente. Eso sí, en muchos casos pueden funcionar por separado, como es el caso de Spotify o LG, lo que permite una mayor versatilidad al tener más usos. Otros ejemplos de imagotipos los tienes en Adidas, Privalia o Iberdrola.
Isologo: unión inquebrantable
Si el imagotipo era la fusión entre texto e imagen, el isologo es una unión irrompible, ya que unifica tipografía e icono en un mismo elemento sin dar la opción de separarlos. Aquí, el isotipo y el logotipo coexisten en una armonía visual que comunica tanto el nombre de la empresa como su esencia en una única entidad.
Imagina que cuenta una historia completa en un solo gráfico. Un ejemplo destacado es Burger King, cuyo título se entrelaza con una hamburguesa, creando una simbiosis que se graba en tu mente. O también está el de la NASA, con su cielo estrellado atravesado por el título y una estela.
Es importante mencionar que los isologos son complejos de realizar y requieren de mucho tiempo y conocimiento. Además, la tendencia actual es simplificar, por lo que muchos isologos están evolucionando a simples isotipos.
El diseño coherente como base
Más allá de etiquetas y las definiciones, la cohesión es la clave de una buena identidad. Imagina que tu marca es un personaje en una historia: cada decisión de diseño es un capítulo que contribuye a la narrativa general. La consistencia garantiza que tu negocio sea reconocible en cualquier momento.
Por no hablar de que, una imagen unificada construye familiaridad y confianza con tus clientes. Si cambias constantemente, puede volverse complicado que te identifiquen. La clave es construir una presencia sólida y constante.
Por eso, si estás interesado en crear o cambiar tu imagen corporativa por completo, contacta con nosotros y nuestro equipo de diseño te ayudará en todo el proceso. Deja tu historia en manos de profesionales.